Da inicio ‘El Público’ en el Teatro Real con cinco acordes que están construidos a partir de la figura del poeta: L-O-R-C- A.
En efecto, el universo lorquiano implosiona con violencia (”Europa se arranca las tetas y América es un cocodrilo que no necesita caretas”) sobre el escenario provocando un subyugante caos.
Máscaras, pasión, flamenco… los elementos se deshacen en una compleja partitura que esconde relaciones numéricas y simbólicas que a su vez estructuran una transgresora y tensa armonía.
La labor de Mauricio Sotelo a la hora de trasladar la obra de Lorca al mundo de la ópera resulta fiel al texto en particular y a la figura del poeta en general, dejando ese sabor único a cercanía y universalidad.
Sin prescindir de la estructura de una ópera tradicional, con un prólogo y cinco cuadros, arias, dúos, interludios… Mauricio Sotelo utiliza en la obra desde texturas armónicas del microtonalismo para crear figuras sonoras espectrales que consiguen llegar al interior del espectador.
De lo local a lo universal. Del flamenco a la electrónica. De lo atávico a lo vanguardista. El denso universo lorquiano se plasma de manera surrealista. La música (sobre todo en la primera parte de la función) aparece de manera lírica, para ir mutando con cierto sigilo hacia un enfoque mucho más visceral.
Hermetismo y pasión
La homosexualidad es el tema principal que articula la obra. Sin embargo, no estamos ante una historia lineal sino ante una especie de trance interior que está narrado de manera elíptica, recogiendo jirones temáticos que encuentran en la música un espacio para mostrarse.
El teatro contemporáneo, los prejuicios sociales, el proceso creativo, el conservadurismo cultural (que mejor lugar para denunciarlo que en el Teatro Real)… Los temas van tejiendo una ópera laberíntica en el que la pasión homosexual se enfoca desde una doble óptica.
Por un lado se lanza un canto hacia el amor más puro: ”¿Si yo me convirtiera en manzana? -Yo me convertiría en beso. -¿Si yo me convirtiera en pecho? -Yo me convertiría en sábana blanca…”, pero finalmente termina apareciendo la tragedia. Y es que el amor más cruel no es aquel que no es correspondido sino el que resulta imposible por presiones externas.
Transgresión y flamenco
El número de músicos (34) recuerda a las pequeñas orquestas de cámara con las que Mozart conseguía detener el tiempo. Una orquesta frugal y heterodoxa donde los instrumentos tradicionales de la ópera pierden importancia ante la guitarra española, la caja flamenca e incluso los saxos y trompetas.
Aquí aparece la electrónica. El montaje apuesta por soluciones rompedoras y durante la función hay 35 altavoces repartidos por las paredes del teatro.
El efecto orgánico que se produce gracias a este recurso llega a sobresaltar: el sonido se desliza como la bruma, envolviendo lentamente todo el teatro para terminar desintegrándose ante el espectador.
El flamenco va ganando presencia a lo largo de las más de dos horas y media de representación. La guitarra de Cañizares pinta notas con destreza y la percusión de Agustín Diassera consigue elevar el espíritu. Los cantaores Arcángel y Jesús Méndez aportan el desgarro del cante ‘jondo’ y junto al bailaor Rubén Olmo, interpretan los tres caballos blancos que simbolizan las fuerzas incontrolables de la naturaleza.
La ópera finaliza con una sonora ovación por parte del Real. ‘El Público’ consigue atormentar el espíritu, agitar el alma y sacudir al espectador para sacarle de su zona de confort y proponerle un viaje hacia las vanguardias sonoras que provoca esa sensación de dulce fatiga que solo consiguen las grandes obras.
Video: Avance de ‘El Público’ en el Teatro Real
‘El Público’
Dónde: Teatro Real (Plaza Isabel II, s/n. Madrid)
Cuándo: Hasta el 13 de marzo
Horario: 20.00 horas
Precio: A partir de 64€
Entradas en: teatro-real.com
Compositor: Mauricio Sotelo
Libreto: Andres Ibañez
Dirección musical: Pablo Heras-Casado
Más información: teatro-real.com