Si tuviéramos que confiarle a una estrella del pop el encargo de cultivar el electro dancehall que hace vibrar nuestros corazoncitos ”raveros”, sin duda pensaríamos en Gwen Stefani, por su natural inclinación y gusto por el ska, el reggae y los ritmos caribeños.
La cantante, que aprovecha un nuevo impasse de la formación No Doubt, ha presentado el single que le devuelve al mercado discográfico después de ocho sin editar canciones en solitario. Sin embargo, y con toda la admiración que la profesamos, tenemos que lamentar que en su nuevo tema hay tan poco donde rascar.
Animada por el meteórico éxito de los artistas y conjuntos que defienden el género, la cantante ha debido querer adelantarse a la mismísima Madonna en la asunción de estos ritmos. No obstante, confiarle al productor Dr. Luke esta responsabilidad no ha sido la mejor idea del año.
Este despropósito musical lo completan una canción bastante ”chusta” -sólo comparable a la que nos atormentan durante los Mundiales de fútbol- y un videoclip que aturdiría a la propia epilepsia. Por suerte, la cantante ya ha avisado que también ha contado con su productor ”de cabecera” Pharrel Williams, con el que trabajó en su aplaudido ‘Love. Angel. Music. Baby’.
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