Vivir fuera del armario repercute positivamente en la salud

Originado en 1988 durante la segunda marcha por los derechos LGTB en la ciudad norteamericana de Washington DC, el Día de la Salida del Armario fija el 11 de octubre como jornada para concienciar a las personas homo, bi y transexuales de la importancia de informar públicamente de su condición para favorecer la plenitud de su vidas. 

En este sentido la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales ha querido aprovechar la fecha para reclamar a las Administraciones la protección necesaria para que las personas puedan salir del armario, un activo para su bienestar y su salud.

Tal y como han manifestado a partir de una nota de prensa, vivir fuera del armario hace que las personas LGTB muestren menos ansiedad y riesgo de caer en una depresión, según señala el informe del Centro de Estudios del Estrés Humano de Montreal, -Canada- que también añade que tal decisión hace que las personas se muestren más felices, saludables y satisfechas con su trabajo.

Necesidad de un apoyo de caracter transversal 

El deseo de que todas las personas LGTB puedan expresar públicamente su condición choca frontalmente con el hecho de que la visibilidad está principalemente condicionada por el miedo.

Según un estudio de COGAM, el 80% de la juventud LGB de entre 12 y 17 años oculta su orientación sexual en clase por miedo al rechazo. Este dato resulta preocupante, sobre todo si se cruza con el estudio realizado por Human Rights Campaign entre 10.000 adolescentes que prueba que cuanto más se muestra fuera del armario, mayores niveles de felicidad reconocen.

En el ámbito profesional, la reforma laboral reduce la protección de los trabajadores y trabajadoras. Esto supone también un factor de riesgo al que se enfrentan las personas homosexuales y bisexuales a la hora de visibilizar su orientación sexual, por miedo al rechazo.

Esta angustia de la revelación tiene consecuencias para la salud de quienes mantienen en secreto su orientación sexual. Produce mayores niveles de estrés y depresión y resulta un impedimento para la salud como desequilibrante de lo que Antonovsky llamó Sentido de Coherencia.

La falta de visibilidad y de libertad para manifestarse como personas LGTB se ha probado, igualmente, como reductora de las campañas de prevención del VIH.

En palabras de la presidenta de FELGTB, Boti G Rodrigo:

Si tenemos que estar con preocupación continua porque el mundo no sepa quiénes somos, acabamos perdiendo nuestra autoestima y nuestra valoración como personas. La visibilidad nos permite estar en el mundo y manifestarnos como lo que somos, y contribuye a hacernos más felices y a estar saludables. Salir del armario no es una cuestión menor y las administraciones deberían garantizar el derecho de cualquier persona a hacerlo cuando lo estime oportuno.’

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