Tim Hardaway nos demuestra que la homofobia sí se cura
Hay un dicho popular que afirma que la ignorancia se cura leyendo y el caso de Tim Hardaway lo ejemplifica a la perfección. La ex estrella de la NBA fue considerado como uno de los mejores bases de la década de los noventa, fue cinco veces seleccionado para el partido de las estrellas de la NBA, consiguió alzar la medalla de oro en los JJOO de Sidney 2000… Y sin embargo, es de los jugadores de la NBA que ha causado más revuelo fuera de las canchas de baloncesto que dentro de ellas.
El jugador nacido en Chicago se descolgó en 2007 con unas declaraciones que no es que fueran desafortunadas, sino que eran simples, absurdas, desafortunadas, polémicas y cercanas a la locura. Todo surgió cuando en febrero de 2007, John Amaechi se convertía en el primer jugador en salir de la armario en la NBA.
Cuando Hardaway fue preguntado sobre esta cuestión afirmó que si el en su época como jugador hubiera compartido vestuario con un jugador homosexual habría mantenido las distancias con él. Al ser preguntado por el porqué, Hardaway soltaba la bomba:
Ya sabes que odio a los gays, así que lo hago público. No me gustan los gays y no me gusta estar rodeado de gais. Soy homófobo. No me gustan. No deberían estar en el mundo o en Estados Unidos”.
Silencio incómodo en la emisora, entrevistadores boquiabiertos y los telefonos de la radio colapsados por protestas fue todo uno. De nada sirvieron las posteriores disculpas del jugador y la nota de prensa enviada por su agente. La NBA -una de las ligas más sensibles con la cuestión LGTB- decidía apartarle de todos sus eventos y el equipo al que entrenaba -Indiana Alley Cats- decidía despedirle de manera inmediata.
Cambio de rumbo
Meses después de las polémicas declaraciones, Tim Hardaway describe la polémica como ‘el golpe más grande en mi vida’, y agrega que: ‘Voy a hacer lo que pueda corregirlo. Eso es todo lo que puedo hacer’.
Pasa el tiempo. El ex jugador crea una fundación para ayudar a los jóvenes más desprotegidos de la sociedad norteamericana, pronto comienza a estrechar lazos con asociaciones cercanas al colectivo LGTB y poco después sorprende a propios y extraños cuando en una entrevista ofrecida a la emisora ‘Hardcore Sports Radio’ llega a afirmar que tras su contacto con ‘The Trevor Project’ y ‘The YES Institute’ ha aprendido a valorar, entender y empatizar con el colectivo LGTB.
En 2011, el jugador da nuevas muestras de su cambio de mentalidad, en un discurso pronunciado en la ciudad de El Paso antes de la final universitaria de ese año:
No es justo que los gais y las lesbianas no posean los mismos derechos aquí. Tal y como conozco a la ciudad de El Paso, sé que va a crecer y entender que los gais y las lesbianas tienen los mismos derechos ‘.
La evolución en el pensamiento de Hardaway termina de definirse con la salidad del armario de Jason Collins. Si en el 2007, criticaba la homosexualidad de John Amaechi, en esta ocasión, Hardaway se sitúa en el lado de los tolerantes para convertirse en uno de los primeras referencias del mundo del baloncesto en bendecir su salida del armario:
Estoy contento por él. Yo sé que él lo ocultó durante mucho tiempo, pero ahora él no tiene por qué ocultarlo más. Él es quien es y todo el mundo tiene que aceptarlo por lo que es. ‘
La historia de Hardaway nos viene a demostrar que la homofobia no es más que una expresión más de la ignorancia y de que nunca es tarde para intentar transformar el odio en empatía.