Conchita Wurst, una mujer barbuda para Eurovision

En los últimos años el adjetivo ”sorprendente’ siempre termina acompañando al Festival de Eurovision. Sorprendente fue la victoria de la transexual Dana International que consiguió que la bandera arcoíris ondeara en lo más alto en la edición de 1998, así como sorprendentes han sido las participaciones de los finlandeses satánicos Lordi (banda de cabecera de los protagonistas de ‘Walking dead’), o -por eso de no irnos demasiado lejos- las actuaciones de Las Ketchup y de El sueño de Morfeo. 

Sin embargo, este año no toca ni abuelas rusas, que eran igual de sonrojantes -aunque menos peligrosas- que la política de recortes del PP, ni raperos octogenarios croatas, ni siquiera brikidans o crusaitosino que este año, el toque diferente lo pondrá la representante de Austria que además conseguirá una gran visibilidad para el colectivo LGTB dentro de la Muestra musical.

Conchita Wurst, o lo que es lo mismo ‘Conchita Salchicha’, es un chico de 25 años cuyo nombre es Thomas Neurwith que se traviste en la cantante para crear su propio alter ego artístico. Tras fracasar en una boyband, Thomas decidió dar un giro radical a su carrera. Así nace Conchita, que desde el 2011 está conquistando al público, haciéndose un hueco entre la siempre complicada industria músical y llevando con orgullo la bandera LGTB.

Conchita Wurst – ‘That’s What I Am’

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