Un lema que abandera a miles
Bajo el lema ‘Love-United’ (‘Amor-Unidos’ en inglés), la tercera edición internacional de los Juegos Olímpicos LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) atrajo a unos 5.000 deportistas de países tan diversos como Australia, España, Estados Unidos, Camerún, Japón, Rusia o México.
Tras Montreal (Canadá) en 2006 y Copenhague en 2009, la sede elegida ha sido la ciudad flamenca de Amberes, actual Capital Europea del Deporte y que hace gala de un espíritu liberal ligado a su historia como importante puerto comercial.
El evento aúna competiciones en 32 disciplinas deportivas, conferencias y seminarios sobre derechos humanos y un amplio elenco de actos culturales y festivos, todo ello con el objetivo de ‘enviar un mensaje de respeto y unidad’, según dijo en una entrevista el presidente del consejo de organización, Bart Abeel.
‘El deporte de alto nivel es todavía un mundo en el que ser gay no es nada fácil, y de hecho en disciplinas como el fútbol hay mucha homofobia’, denunció Abeel.
La festiva ceremonia de inauguración
Una fiesta que acoge a todos
Más allá del fútbol, entre las disciplinas más populares de esta edición de los worldOutgames se incluyeron los deportes acuáticos o las carreras de fondo por las calles de Amberes.
Éstas son también el escenario del Antwerp Pride, la fiesta del Orgullo Gay de la ciudad flamenca que coincidió el sábado con los actos de cierre de los worldOutgames y a la que asistieron unas 200.000 personas.
En el apartado cultural destacan las conferencias con participantes de 85 países, que analizaron la situación de la comunidad LGBT en todo el mundo y eventos recientes como los ataques sufridos por homosexuales en Camerún y en Rusia.
Los worldOutgames ‘no serían necesarios en un mundo ideal’, afirmó el responsable de la organización, quien destacó el ‘privilegio que supone vivir en países como Holanda, Bélgica o España’, pioneros en el reconocimiento de derechos de los homosexuales como el matrimonio o la adopción.
‘Pero mientras la gente siga sufriendo y luchando de forma dramática por el hecho de ser diferentes en lugares como África, Oriente Medio o Rusia, organizar los worldOutGames tiene mucho sentido’, concluyó Abeel.