‘La escritura del guión empezó como un capricho cómico. He tratado de dejar la realidad a un lado, aunque a veces la realidad se cuela sin que te des cuenta. No he tenido ninguna referencia cinematográfica consciente durante su gestación, está más presente el teatro, incluso la televisión, y mi claustrofobia, que el cine. Soy de ese tipo de directores a los que les influye la televisión aunque no la vea. Me horroriza y a la vez me fascina la nueva narración televisiva’, explica.
En cualquier caso, afirma que la palabra es la gran protagonista. ‘Siempre he confesado que mi vocación era convertirme en un gran novelista, mientras esperaba y me ejercitaba para cuando llegara ese momento he escrito un montón de guiones, pero con el tiempo no me he convertido en un gran novelista, ni siquiera en un novelista, supongo que en los últimos guiones es dónde más se percibe la nostalgia de la narración novelesca, pero escribí ‘Los amantes pasajeros’ desde otra nostalgia, la del teatro’, relata
Inspiración teatral
En cualquier caso, afirma que la palabra es la gran protagonista. ‘Siempre he confesado que mi vocación era convertirme en un gran novelista, mientras esperaba y me ejercitaba para cuando llegara ese momento he escrito un montón de guiones, pero con el tiempo no me he convertido en un gran novelista, ni siquiera en un novelista, supongo que en los últimos guiones es dónde más se percibe la nostalgia de la narración novelesca, pero escribí ‘Los amantes pasajeros’ desde otra nostalgia, la del teatro’, relata.
Es que a su juicio, sus películas le ‘deben mucho al teatro, están llenas de escenas de dos, a veces de indisimulados monólogos’. Por eso adelanta que en ‘Los Amantes Pasajeros’ hay más personajes de ‘lo habitual pero menos espacios que nunca’.
Almodóvar plantea que se han hecho varias películas sobre un grupo atrapado, que no puede salir de donde está, (‘y la televisión está llena de concursos claustrofóbicos y de supervivencia’), desde ‘El ángel exterminador’ de Buñuel, hasta ‘Buried’ de Rodrigo Cortés, donde todo ocurre en el mínimo espacio imaginable, un ataúd. ‘El reto es tan difícil para el personaje enterrado como para el director que tiene que contar su historia’, apostilla.
Interminable reparto
El reto de sus ‘pasajeros’ es que deben luchar contra ‘su angustia, sus miedos y sus fantasmas sin la ayuda de la tecnología, (algo que hoy es difícil de imaginar) sin imágenes que les entretengan, les informen, o les anestesien. Desnudos, sin iPhones, videos de películas, Internet, iPads, condenados a ser ellos mismos, rodeados de desconocidos’.
Como buena película coral, el reparto es inabarcable, con Javier Cámara, Cecilia Roth, Hugo Silva, Guillermo Toledo, Lola Dueñas, Raúl Arévalo, Carlos Areces, Antonio de la Torre, Miguel Ángel Silvestre, Blanca Suárez, José Luis Torrijo, José María Yazpick y Laya Martí. Penélope Cruz y Antonio Banderas son la guinda del pastel