Ya conocemos a los ganadores de los cinco ejemplares de ‘La edad de la ira’
Pues no podríamos estar más contentos después del interés y la gran participación que que habéis mostrado. Además, una de las cosas más reconfortantes ha sido ver cómo muchos de vosotros coincidís en buscar ayuda en los mismo lugares, cosa que nos hace pensar que poco a poco, aprendemos fórmulas para evitar el acoso en los centros educativos y de trabajo. ¡Vamos con los gandores!
¿Quiénes se lo han llevado?
Un gran número de participantes del concurso coincide en que nadie va a poder ayudarte si tú no eres el/la primero/a que toma cartas en el asunto y decide enfrentarse a quien te está acosando. Albert R., en particular siente que debes ‘convencerte de que no tienes porqué aguantar, que no eres inferior a nadie y que no eres tú quién debe sentir vergüenza, sino aquellos que disfrutan haciendo daño.’
Muchos otros participantes han señalado a su familia como círculo más adecuado para confesar una situación de acoso, pues las personas que más te quieren son las que van a defenderte con mayor contundencia. La madre y mismísima abuela de Esperanza G. ya lo han hecho una vez por ella, ‘enfrentándose al problema y evitando que se viniera abajo‘.
El entorno que te rodea también es muy importante a la hora de sentirse protegido/a del acoso. Podemos decir que Jesús M. tiene bastante suerte al contar con una orientadora especializada en su instituto, a quien se lo comentaría en primer lugar porque además de confiar en ella, como profesional ‘ya ha llevado algún caso dentro del Centro’. No obstante, también tiene a sus ‘verdaderos amigos’ para sincerarse si sufriera un problema de estas características
Diego T. agarra el problema ‘por los cuernos’ y si se sintiera acosado en un centro educativo optaría por hablar con el director del mismo. No obstante, también confiaría en un psicólogo para minimizar los problemas asociados a la angustiosa situación de un acoso.
Para terminar, nos relajamos un poco y a la vez reflexionamos con la respuesta de Pep F., que sostiene que la ‘terapia psicológica la deberían atravesar los causantes, para recuperar el sentido común’. Las otras dos opciones que nos apunta no dan más lugar que a la carcajada, pues son ‘El Karma y Dexter Morgan‘.