Director: Dunia Ayaso y Félix Sabroso
Actores: Candela Peña, Alberto San Juan, Cristina Marcos y Geraldine Chaplin
Calificación: 6 /10
¿De qué va?
‘La isla interior’ es la historia de tres hermanos Gracia (Cristina Marcos), Martín (Alberto San Juan) y Coral (Candela Peña) que tratan de luchar por separado contra una carga familiar -genética y emocional- que arrastran desde su nacimiento. Tres vidas condicionadas por una enfermedad hereditaria procedente del padre (Celso Bugallo) y por una educación severa y moralista impartida por su madre (Geraldine Chaplin). Cada uno de los hermanos trata de aislarse del resto del mundo zambulléndose en sus respectivas peceras hasta que la repentina muerte de su padre les obliga a enfrentarse a sus propios miedos. Pánico a la locura, al rechazo y a la soledad. Sólo luchando juntos conseguirán romper el hermetismo del cristal opresor y sanar sus temores
Trailer ‘La isla Interior’
¿Sabías qué…?
1. La película está rodada en Gran Canaria y entre las localizaciones figuran el instituto en el que estudiaron los directores y el hospital en el que murió el padre de Félix Sabroso.
2. Ayaso y Sabroso han tardado más de cuatro años en dar a luz este proyecto por las numerosas dificultades que se han encontrado.
3. Debido al bajo presupuesto, los actores tuvieron que reducir su caché. No les importó, ya que quedaron fascinados con el proyecto cuando éste aún estaba fraguándose.
4. La película ha ganado el premio a Mejor Película en el festival de Nantes y Alberto San Juan el de Mejor Actor en la Seminci de Valladolid. Premios modestos si tenemos en cuenta que todos los actores del cartel han recibido ya el Goya.
5. Ha sido el personaje más difícil para Candela Peña, ya que durante el rodaje vivió una situación idéntica al enfermar su padre.
Nuestra crítica
Tras el desternillante éxito de ‘Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí’ (1997) y ‘Descongélate’ (2003) y el pinchazo de ‘Los años desnudos’ (2007), de la que se llegó a decir que el talento de sus actrices era ‘inversamente proporcional a la altura de éstas’, los directores canarios se introducen en un melodrama realista con tintes almodovarescos. La comparación no es baladí ya que la pareja, como el mismo manchego, se iniciaron en la comedia y en la estética pop antes de saltar a un drama salpicado por el chiste y la ironía. Además, al igual que el de Calzada de Calatrava, la historia nace de las vivencias de su realizador, Félix Sabroso, ante la enfermedad y muerte de su padre (‘Todo sobre mi madre’, ‘Volver’).
Pero en ‘La Isla Interior’ intentan desmarcarse de su maestro, que a través de ‘El deseo’ les produjo ‘Descongélate’ y la serie ‘Mujeres’ de TVE (2005). Un ejemplo de ello es la fotografía, que huye del colorido de sus primeros años y se apaga hasta conseguir un realismo propio de los cuadros de Hopper, en el que se inspiran Dunia y Félix. La verosimilitud fotográfica contrasta con la inverosimilitud de la trama, que a veces peca de forzada. No obstante, éste es uno de los fundamentos del Melodrama desde las películas de Douglas Sirk, padre género, lo que convierte el talón de Aquiles de la película en su principal virtud. ¿El motivo? Los actores están muy bien dirigidos.
Se nota, y mucho, los ensayos y la preparación individual de cada uno de los personajes protagonistas, entre los que destaca la presencia de Alberto San Juan en el que probablemente sea uno de los papeles más enternecedores de su carrera. Junto a él, Candela Peña, Cristina Marcos y Geraldine Chaplin, terminan de conseguir que nos creamos y nos metamos en la piel de una problemática tan minoritaria como la esquizofrenia en un entorno tan universal y sagrado como es la familia.
Y es que ese es el tema principal de la película: la familia en una situación crítica y el miedo de los hijos a heredar los males de sus progenitores. Pánico a la locura y al silencio impuesto por la madre que interpreta Chaplin en una versión actualizada y parafraseada de ‘La casa de Gerarda Alba’. En esta ocasión el final es más alentador, ya que la unión y el apoyo familiar serán la clave para superar la dificultad de llegar a uno mismo y al otro, idea principal de la película.
Lo mejor: La excelente interpretación y la dirección actoral de los personajes principales, que consiguen la empatía del espectador pese a lo histriónico y lo inverosimil de algunas situaciones.
Lo peor: Los actores secundarios y la figuración especial no sólo no está a la altura de las estrellas de la película, sino que también deslucen el trabajo de dirección de Sabroso y Ayaso. Estos actores, aparentemente noveles, provocan la carcajada sin pretenderlo y se cargan el laborioso realismo conseguido por sus compañeros.
Momentazo: La escena de Martín (Alberto San Juan) en el parquímetro y el desgarrador llanto de Geraldine Chaplin ante la muerte de su marido.
Vete a verla si… valoras las películas hechas desde el cariño, a pesar de sus posibles fallos y la precariedad de medios. Además, si te gusta el cine de Almodóvar y de sus discípulos, no te la puedes perder.
Pedro M. Úbeda