Desde la promulgación el pasado mes de abril en Chile de la nueva Ley de Acuerdo de Unión Civil que contempla el acceso igualitario de las personas homo y heterosexuales, más de 1.600 parejas se han inscrito ya para celebrar su enlace en el Registro, según datos del propio Gobierno.
A partir del pasado jueves, las parejas que quieran formalizar civilmente su unión deben responder a cuatro preguntas para garantizar que no tienen parentesco ni vínculo matrimonial, que gozan con libre administración de bienes y si se acogen a la comunidad de bienes.
En la ceremonias, que han comenzado con la natural alegría de los y las contrayentes, se leen sólo dos artículos del Acuerdo de Unión Civil : el número 1, que describe la propia ley, y el número 14, donde los convivientes se obligan a ayuda mutua.
Tras la celebración del enlace, a los contrayente de la normativa se les otorga un nuevo estado civil de ‘conviviente civil’ y regula temas de herencia, pensión y tuición de los hijos, entre otros asuntos.
En este jubiloso contexto, el Movilh ha lanzado una campaña para difundir la nueva ley sin orientarla específicamente a la comunidad homosexual, porque como expresan en sus título, el AUC es ‘Una ley para todas las familias’.